Ahora que las bombillas incandescentes de los hogares se están convirtiendo poco a poco en algo del pasado debido a las normas de eficiencia del gobierno, mucha gente se está orientando hacia las lámparas fluorescentes compactas (CFL) y los LED como sustitutos. Pero es posible que no sepa en qué se diferencian estas dos alternativas incandescentes, más allá de su aspecto y su precio. En lo que respecta a las CFL y a los LED, hay muchas más diferencias de las que se ven a simple vista.
Eficiencia energética: Aunque tanto las CFL como los LED se ajustan a las directrices gubernamentales sobre la eficiencia de las bombillas, no están en igualdad de condiciones en cuanto al consumo de energía. Mientras que una CFL de 60 vatios iguales suele consumir unos 13 vatios de energía, un LED de 60 vatios iguales sólo consume unos 8,5 vatios. Los LED también producen más lúmenes por vatio que las CFL. Aunque ambas conservan una cantidad considerable de energía en comparación con las incandescentes, esta discrepancia en el ahorro de energía, entre otras muchas cosas, es la razón por la que los LED están siendo alabados como lo último en iluminación eficiente.
El mercurio: Como ya sabrá, las CFL contienen una pequeña cantidad de mercurio, mientras que los LED no. Este mercurio no hace necesariamente que las CFL sean más peligrosas, teniendo en cuenta que podrías encontrar más cantidad en un sándwich de atún, pero sí significa que debes tener cuidado si una se rompe. Esto es lo que hay que hacer si se rompe una bombilla CFL.
Horas de vida: Si estás tratando de elegir entre las CFL y las LED, debes conocer la esperanza de vida típica de cada una. Las bombillas con una vida útil larga tienen menos probabilidades de necesitar una sustitución frecuente y reducirán drásticamente los costes de mantenimiento. Se sabe que las bombillas incandescentes tienen una esperanza de vida corta, de unas 1.000 horas. Aunque las bombillas fluorescentes compactas pueden durar entre 6.000 y 20.000 horas, los LED son capaces de durar hasta 50.000 horas.
Direccionalidad de la luz: Los LEDs y las CFLs están hechos para emitir luz de maneras muy diferentes. Mientras que las CFL son omnidireccionales, es decir, emiten luz en todas las direcciones, los LED emiten luz en una dirección general. El haz direccional de un LED puede ser ideal para aplicaciones en las que se necesita una iluminación focalizada, como la iluminación de carriles o de pantallas. Sin embargo, los LEDs pueden hacerse omnidireccionales utilizando lentes como en los LEDs A19 estándar.
Durabilidad: Todos sabemos que las bombillas incandescentes tienen un filamento muy frágil que es propenso a romperse si la bombilla no se maneja con cuidado. Las bombillas fluorescentes compactas y los LED no utilizan un filamento estándar, pero aún así varían en su capacidad de soportar ciertas condiciones, como las áreas que experimentan vibraciones o sacudidas frecuentes. Las CFL se consideran más frágiles que la iluminación LED porque las vibraciones muy fuertes pueden debilitar los electrodos que la lámpara utiliza para producir luz. Además, las CFL están construidas en su mayoría de vidrio y es mucho más probable que se dañen fácilmente. Los LED son mucho más resistentes y pueden soportar una manipulación brusca.
Compatibilidad con la temperatura: Antes de hacer la elección entre CFL y LED, también debes pensar en la temperatura de la zona en la que piensas utilizarlas. Si busca una luz que funcione bien en temperaturas frías, los LED son la mejor opción. Por el contrario, las lámparas fluorescentes compactas no funcionan bien a temperaturas bajo cero, pero lo hacen mucho mejor en condiciones de calor moderado.
Frecuencia de encendido y apagado: Las CFL y los LED también reaccionan de forma diferente cuando se encienden y apagan con frecuencia. Si se enciende y apaga constantemente una CFL, es muy probable que su vida útil disminuya. Sin embargo, la vida nominal de los LEDs no se ve afectada por los frecuentes ciclos de encendido y apagado.
Emisión de calor: Todas las fuentes de luz emiten algún tipo de calor, incluso los LED. Pero la cantidad de calor que producen las CFL y los LED es drásticamente diferente. En los LED, el calor se genera en la parte trasera de la lámpara, donde los disipadores de calor minimizan su producción. Mientras que los LED no producen radiación infrarroja (IR) ni ultravioleta (UV), las CFL producen ambas y pueden calentarse mucho al tacto si se dejan encendidas durante un periodo prolongado.