Consideraciones sobre las farolas LED – Blog de luzdeco.es

A medida que la tecnología LED sigue manifestándose en diferentes facetas de nuestra vida cotidiana, un lugar en el que se está haciendo cada vez más popular son las calles. Tradicionalmente, nuestras calles se han iluminado con lámparas de sodio de alta presión, que utilizan partículas de sodio excitadas para producir luz. Las luces LED para las calles han demostrado tener varios beneficios sobre estas lámparas, incluyendo la producción de más luz por vatio y una vida útil más larga; sin embargo, hay algunos inconvenientes de estas luces, como el deslumbramiento. Conozcamos mejor las farolas LED y cómo se están convirtiendo rápidamente en las nuevas luces que guían nuestros caminos.

Consideraciones sobre el coste

En la actualidad hay algo más de una docena de ciudades y estados en Estados Unidos que han instalado algún tipo de alumbrado público LED. Aunque cada vez son más las ciudades y estados que se suben al carro de los LED, gran parte del recelo puede atribuirse al coste. El coste inicial de la instalación de LED puede ser de 4 a 6 veces más caro que el de las lámparas HPS. Por ejemplo, el coste de instalar 1.000 nuevas luminarias LED que sustituyan a 1.000 farolas HPS de 100 vatios es de aproximadamente 215.000 dólares; esta cantidad incluye la instalación, el coste de las luminarias LED y el personal. Sin embargo, el ahorro en energía y mantenimiento es de unos 55.000 dólares anuales.

El dinero que cuesta la reconversión de las farolas puede proceder de diversas fuentes. Por ejemplo, algunas ciudades ofrecen programas de conversión, el gobierno estatal y subvenciones federales para pagar las luces. Otra opción son los programas de fabricación en los que los grandes fabricantes de alumbrado público financian la reconversión, de forma similar a un préstamo, y el dinero se devuelve a lo largo de varios años.

Luces de calle HPS vs. LED

Las farolas LED ofrecen una serie de ventajas. Tienen una vida útil más larga que las lámparas HPS. Actualmente, las luces duran entre 10 y 15 años y, a diferencia de las lámparas HPS, no experimentan una depreciación lum ínica tan acusada. La depreciación del lumen es un proceso que se produce cuando la producción de lumen de una fuente de luz empieza a disminuir con el tiempo. Las lámparas HPS experimentan una depreciación lumínica más rápida después de tan sólo 2.000 horas, lo que genera mayores costes de mantenimiento.

Como hemos aprendido en numerosos posts, los LED son una fuente de luz increíblemente eficiente desde el punto de vista energético. Según el Programa de Certificación de Tecnología de Seguridad Ambiental (ESTCP), después de supervisar las farolas HPS durante un año y luego reequiparlas con farolas LED comparables, descubrieron que el sistema LED consumía alrededor de un 75% menos de electricidad que las farolas HPS anteriores. Otra de las principales ventajas de las farolas LED es que tienen un alto rendimiento lumínico independientemente de la temperatura, ya que las lámparas HPS suelen producir menos luz visible con temperaturas más frías. No sólo la potencia luminosa de una farola LED es mejor que la de una lámpara HPS, sino que el CRI es mucho mayor y la luz se distribuye más uniformemente con un LED. La mayoría de los LEDs tienen un CRI de entre 70-92 mientras que las lámparas HPS se sitúan entre 20-30 en la escala de CRI. La escala mide la calidad de la luz de 0 a 100. Por último, hay que tener en cuenta que las lámparas HPS no arrancan a pleno rendimiento. Generan luz lentamente tras el encendido preliminar, mientras que los LED se apagan y se encienden sin una fase de rampa o de generación de luz.

¿Cuáles son los problemas?

Como ya hemos comentado, el coste inicial de la instalación de las farolas LED es bastante caro, lo cual es uno de los problemas a los que se enfrentan muchas ciudades y estados cuando deciden adaptar sus farolas. Otro problema importante de estas luces es su tendencia a deslumbrar.

En algunas ciudades, se están instalando LEDs demasiado brillantes en lugar del cálido resplandor que se acostumbra a ver. El deslumbramiento y el brillo excesivos producidos por las farolas LED de color blanco azulado o irregular pueden resultar molestos para los conductores, e incluso para quienes caminan por la noche o duermen en las casas cercanas. El espectro azul de la luz emitida por los LED también puede afectar negativamente a su ritmo circadiano natural, lo que requiere un ajuste en la vida diaria. En Nueva York, por ejemplo, hay un plan de 75 millones de dólares para cambiar todas las luces de las calles de los cinco distritos a LED, un cambio del que muchos se quejan porque las luces son demasiado brillantes y no emiten un brillo cálido, sino una luz blanca más cruda. Los ciudadanos afirman que las nuevas luces hacen que las calles parezcan más diurnas que nocturnas.

Mejora

Incluso con algunas de las quejas que rodean a las luces LED de las calles, hay formas de combatir estos problemas. Las ciudades pueden optar por utilizar LED de tono más ambiental o LED con niveles de iluminación más bajos. Utilizar farolas con un campo de iluminación más estrecho para mantener el control del haz de luz también puede ser una opción. Otra posibilidad que se está barajando es la de incorporar a las farolas una lente difusora especial para reducir el deslumbramiento.

Sea cual sea su opinión sobre las farolas LED, una cosa es cierta: su luminosidad está creciendo. ¿Qué opinas sobre el auge de las farolas LED? Deja tus preguntas en la sección de abajo o escríbenos en Facebook, Twitter, Google Plus, LinkedIn, Pinterest o Instagram.

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