Es un simple hecho de la vida que, a medida que envejecemos, nuestro cuerpo se debilita y nuestros sentidos ya no son tan agudos como antes. Uno de esos sentidos que empiezan a deteriorarse con el tiempo es la vista. A medida que envejecemos, nuestros ojos se vuelven más sensibles en su forma de percibir y reaccionar a la luz. Sin embargo, hay ciertas modificaciones en la iluminación de su casa para asegurarse de que su espacio es cómodo para aquellos cuya vista empieza a empeorar como efecto del envejecimiento.
Cómo cambia la percepción de la luz con la edad
Los cambios en la vista pueden producirse a lo largo de toda la vida, pero una vez que se llega a cierta edad, esos cambios se vuelven más dramáticos que el simple hecho de no poder ver objetos en la distancia. Al igual que ocurre con nuestro cuerpo, ciertos músculos del ojo comienzan a debilitarse. ¿Alguna vez se ha puesto una luz en los ojos y ha visto cómo se dilatan las pupilas? Pues bien, a medida que envejecemos, los músculos que ayudan a la pupila a contraerse y expandirse para controlar la cantidad de luz que capta el ojo empiezan a retrasar su tiempo de reacción. Esto significa que los ojos tardan más en adaptarse a los entornos oscuros y luminosos. Otros cambios que pueden producirse son el amarillamiento del cristalino, que afecta a la percepción de los colores, la aparición de manchas o «moscas volantes» en la visión, causadas por partículas en el líquido vítreo del ojo, y las cataratas, que provocan zonas empañadas en el ojo. Hay medidas médicas que se pueden tomar para remediar o mejorar estas condiciones, pero una iluminación adecuada también puede ayudar a compensar algunos de estos problemas oculares.
¿Qué tipo de luz ayuda a los ojos envejecidos?
Luz más brillante – Los problemas de visión debidos a la edad a menudo pueden solucionarse simplemente utilizando más luz de la habitual. Esto no significa necesariamente que tenga que aumentar la luminosidad de toda la iluminación de su casa hasta niveles extremos, pero puede utilizar luces de trabajo más brillantes, como lámparas de mesa y de pie o luces debajo de los armarios para proporcionar más iluminación para actividades como cocinar, leer, usar el espejo del baño, etc. Dicho esto, no es mala idea aumentar los lúmenes (brillo) de la iluminación general de su casa.
Iluminación ambiental uniforme – Como se ha mencionado anteriormente, a los ojos de los mayores les cuesta adaptarse a los distintos niveles de luz con la misma rapidez que antes. Para que los ojos se sientan lo más cómodos posible, su hogar debe tener una iluminación ambiental (general) uniforme en toda la casa. Esto significa que ninguna habitación debe ser exponencialmente más brillante u oscura que otra y que debe haber transiciones de luz suaves de una habitación a otra. Añadir reguladores también puede facilitar el ajuste de los niveles de luz en las distintas habitaciones.
Luz sin deslumbramiento – El deslumbramiento de la luz extremadamente brillante que emiten las bombillas expuestas puede empeorar los problemas de visión, como las «moscas volantes». Las moscas volantes y otros daños oculares pueden hacer que la luz se disperse por todo el ojo, aumentando la sensibilidad al deslumbramiento y dificultando la visión con niveles de luz más bajos. Para evitar el deslumbramiento, asegúrese de que sus fuentes de luz están cubiertas con una sombra para difuminar y disminuir la luz directa.
Corrección del color – Dado que la coloración de las lentes de nuestros ojos puede cambiar a medida que envejecemos, es importante que las fuentes de luz tengan un CRI o índice de reproducción cromática muy alto, normalmente superior a 80. Cuanto más alto sea el CRI, más reales serán los colores para el ojo.
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